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¡Hola! ¿Cómo estás? Seguramente te enteraste por mis redes sociales de que me di una escapada a Courchevel para desconectar. Cada año trato de venir acá para esquiar. Courchevel es un lugar mágico, donde las vistas son espectaculares y la gente es increíble. Hoy quiero hablarte de lo valioso que es darte la oportunidad de aprender cosas nuevas y pasar tiempo de calidad contigo misma.
Pues bueno, hace cinco años yo no sabía esquiar. Algún día de niña fui a Lake Tahoe, pero para esquiar necesitas practicar y practicar. Así que hace un par de años fui a Vail para aprender y, desde entonces, cada año busco ir de viaje a algún destino de esquí para seguir practicando. Muchas veces pensamos que si no adquirimos una habilidad a corta edad, ya nunca podremos hacerlo ni lograremos llegar lejos. Luego, con el tiempo, nos volvemos más miedosos y eso nos bloquea. Por eso yo he decidido no limitarme. Si quiero aprender algo, lo hago y trato siempre de abrirme a nuevas experiencias.
Ahora bien, aunque pareciera que he logrado balancear mi vida laboral y personal, a veces no me sale tanto. Estos últimos años me he dedicado a trabajar y a enfocarme tanto en mi trabajo y los proyectos que, aunque no descuido a mis amigos ni a mi familia, ni tampoco a lo que me hace distraerme, aún no he logrado el equilibrio perfecto. Para lograr tener éxito profesional, siempre debes sacrificar muchas cosas, y yo estoy dispuesta a hacerlo, ya que mis metas merecen ser trabajadas. Pero a veces también hay que darnos permiso de tomarnos un respiro y pasar tiempo de calidad con nosotros mismos.
Por eso hay viajes en mi año que no perdono o trato siempre de hacerlos: esquiar, Coachella, verano y navidad con mi familia… Creo que desconectarse y vivir nuevas experiencias siempre te ayuda a abrir tu mente y a valorar tu vida. Viajar es hermoso, conocer gente y lugares te inspira, pero regresar a tu rutina es aún mejor. Los viajes y los descansos te hacen valorar eso por lo que trabajas todos los días y muchas veces no le das valor, pero si no fuera por esos días de nuestra rutina, no podríamos viajar y disfrutar.
¿Y cómo le hago para seguir trabajando mientras viajo? Pues bueno, para mí es muy fácil viajar y trabajar en Europa. Gracias al cambio de horario, me da tiempo de esquiar, comer y luego trabajar. Además, soy muy disciplinada y organizada, y eso me ayuda a tener un orden incluso en mis vacaciones. La disciplina, el orden y la constancia es lo que te hace ser exitoso, y eso no descansa.
Este año tengo viajes puntuales que quiero hacer sin distraerme de mi vida y de mis metas. Planeo ir pronto a Turquía y a Londres para tomar un curso, y bueno, Coachella, que me muero por regresar después de la pandemia. De lo único que estoy segura es de que quiero agregarle a mi vida tiempo de calidad e inyecciones de alegría.